La Piedad de San Pedro es una escultura de mármol realizada por Miguel Ángel Buonarroti entre 1497 y 1499 y conservada en la Basílica de San Pedro del Vaticano. Es la única obra que lleva, en la bandolera que lleva la Virgen, la firma del autor:
"MICHAEL.A[N]GELVS BONAROTVS FLORENT[INVS] FACIEBAT"
traducido: "Lo hizo el florentino Michelangelo Buonarroti"
Esta decisión tuvo lugar a raíz de un acontecimiento: algunos caballeros lombardos, mientras admiraban la belleza de la estatua de la Piedad de San Pedro, trataron de identificar al autor, creyendo que era uno de sus compatriotas. Miguel Ángel, al escuchar su conversación, entró de noche en la iglesia y grabó su nombre en la estatua.
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Historia y descripción de la Piedad de San Pedro
Miguel Ángel tenía veinte años cuando creó una de las mayores obras de arte de Occidente: "La Piedad de San Pedro".
La obra mide 174×195×69 cm y fue realizada en mármol blanco de Carrara y tallada a mano a partir de un único bloque.
La obra fue encargada por el cardenal francés Jean Bilhères de Lagraulas en 1497 para colocarla en la capilla de Santa Petronilla. El cardenal ordenó a Miguel Ángel que esculpiera una Virgen María vestida, con Cristo muerto en sus brazos.
Se dice que el cardenal murió el mismo día en que la obra de arte fue instalada en la Iglesia de Santa Petronilla, el 6 de agosto de 1499.
Su belleza y admiración fueron tan grandes que en 1517 se decidió exponer la obra en la sacristía de la Basílica de San Pedro.
Luego, debido a las obras de la basílica, se trasladó varias veces y se estableció en la ubicación actual (en la primera capilla a la derecha de la nave de la basílica) en 1749.
En 1964, la Piedad de San Pedro fue expuesta en la Feria Mundial de Nueva York de 1964 (la Exposición Universal de Nueva York de 1964-1965) e instalada en el pabellón de la Ciudad del Vaticano.
El asalto vandálico y la posterior restauración de la Piedad de Miguel Ángel
El 28 de mayo de 1972 (día de Pentecostés), un geólogo austriaco llamado László Tóth consiguió burlar la vigilancia y golpeó la obra de Miguel Ángel 15 veces con un martillo al grito de "¡Yo soy Jesucristo, de la muerte!".
La piedad quedó seriamente dañada: los golpes arrancaron unos cincuenta fragmentos, rompiendo el brazo izquierdo y destrozando el codo, mientras que en el rostro la nariz y los párpados quedaron casi destruidos.
La restauración se inició casi inmediatamente y se confió a los laboratorios de los Museos Vaticanos, bajo la dirección del director Deoclecio Redig de Campos.
La restauración finalizó el 21 de diciembre de 1972.